Bueno, no es el mayor, pero sí un gran generador, de los mayores,
imprescindible para los que manejan el mundo y tienen el conocimiento y la
tecnología para manejarla.
En esta realidad virtual en la que vivimos, en la Matrix
(para que se entienda mejor), era necesario crear ciertas cosas para que las
personas no permaneciéramos unidas, porque la unión nos da fuerza.
Las religiones, los idiomas, las nacionalidades, hasta algunos
deportes provocan la separación y enemistad de personas sólo por ser de otro
equipo, de otra creencia, de otra ciudad, de otro partido político.
Ante cualquier cosa que te provoque enemistad con alguien, ¡alerta! porque TODO
LO QUE NOS SEPARA Y NOS ENFRENTA ESTÁ AHÍ PARA MANIPULARNOS. Divide y vencerás, ¿recuerdas?. Lo decía Julio César y Napoleón también, militares, políticos y grandes estrategas.
Añadamos a este cocktail que desde hace siglos venimos
experimentando el juego de los opuestos, es lo que nos tocaba: el bien/el mal,
luz/oscuridad/, bonito/feo, feliz/triste, amor/odio etc.
Ahora, habiendo transitado bien por ambas polaridades, toca dejar
de andar de un lado al otro de la balanza para posicionarnos en... en ... ¡el
centro! ¡sí! ¿Pensabais que en el lado posivo? pues no.
Estar en el centro, en el punto cero (0), en el eje, es experimentar la neutralidad,
equilibrar desde esa posición ambos lados de la balanza.
Vivir desde la neutralidad no quiere decir que nos volvamos unos
robots insensibles. Desde el punto 0 lo experimentamos todo, lo bueno y lo
malo, el amor y el odio, la belleza y el horror, pero no nos dejamos arrastrar por nada.
Sé que es difícil de comprender, pero es real. Ves en horror pero
no te horrorizas.
Ves las noticias con imágenes terribles, escuchas, miras, ves, te afecta, lo comprendes, y se pasa casi al instante, no te arrastra.
Alguien te critica y te sientes agredido, te enfadas, comprendes
lo que hay detrás, y automáticamente pasa.
Sientes la alegría en tu vida, y no te quedas permanentemente viviendo
en las nubes perdiendo la perspectiva. Vives esa alegría, la
sientes, pero desde el equilibrio y la quietud.
¿Qué es lo positivo de esto?
Pues que nos evita juzgar y "reaccionar", para darnos la posibilidad de "accionar" si el caso lo requiere. Te hace vivir
tranquilo, en equilibrio, en paz. Dejas de buscar técnicas para desestresarte,
descargarte, tranquilizarte, porque decidiste irte de uno de los lados de la
balanza para posicionarte en centro, en el punto de equilibrio. Desde ese punto eres tú, es imposible que nadie te manipule.
Cuento todo esto porque hace un par de días se vivió en mi ciudad
algo que me ha hecho pensar para darme la posibilidad de “accionar” (y
no reaccionar).
Ocurrió un altercado entre seguidores violentos de varios equipos de
fútbol, donde una persona perdió la vida. Aunque yo no soy nada aficionada al
fútbol, algo -que aún no sé qué es- me está acercado a ese deporte desde hace
más de un año. Yo qué sé qué es ...
Aunque sigo sin ser aficionada, tengo un equipo casi de
nacimiento, como todo el mundo, porque parece que cuando nacemos los padres nos
ponen el nombre y el escudo de un equipo de fútbol a quien debemos seguir. En
mi caso es el Atlético de Madrid, es mi equipo, era uno de los implicados ayer
y quizá por eso me entristeció y me hizo reflexionar preguntándome ¿”para qué” ocurre todo esto?.
Creo que cuando nos aficionamos a un deporte o admiramos a un
deportista, lo hacemos porque vemos en esa persona unas capacidades que
nosotros no tenemos, proezas increíbles, vemos talento, esfuerzo, sacrificio,
capacidad de disciplina, vemos arte. Y si además ese deportista o equipo representa a nuestro país, sentimos orgullo de que lleve la bandera y el nombre del lugar donde
nacimos por todo el planeta, mostrando lo maravillosa que es nuestra tierra y la
gente que la habita.
Estoy segura que en algún momento el fútbol ha sido un deporte
sano y con espíritu deportivo, como muchos otros deportes, pero yo no lo he
conocido.
Lo que he visto muchas veces, desde mi posición de "no
aficionada", son agresiones innecesarias, saltarse las reglas buscando que
no se den cuenta y no responsabilizarse del hecho, falta de respeto y
deportividad, directivos que parece que les importa un bledo el deporte y sólo buscan hacer dinero aún perjudicando a jugadores.
Veo aficionados siempre con el insulto en la boca hacia
cualquier jugador o aficionado contrario . El rival a batir con el mejor juego
que puedan hacer, muchas veces se convierte en el enemigo a eliminar del campo a toda costa.
¿Os imagináis un partido entre Nadal y Djokovic, y nosotros
gritando desde nuestro asiento ¡¡h.j. de p..a!! a Djokovic cada vez que gane un
juego a Nadal? ¿Os imagináis el despliegue policial que se produce ante un
partido de fútbol, antes de un partido de tenis, de baloncesto, o de golf?
Los de arriba, los que mandan, los que provocan todo esto, han usado este deporte para separarnos.
Da igual de quien es la culpa o quien lo provoca, lo importante es
que lo sostenemos nosotros. Nos dejamos enredar por lo ocurrido, noticias,
tertulias, opiniones en redes sociales las 24 horas del día, durante días y
días y días. Nos cabrea, baja nuestra vibración y nos vamos hacia un lado de la
balanza. Desde ahí sólo vamos a “reaccionar” y acabaremos -además de cabreados-
enfrentándonos a todo el que no opine como nosotros, el que no tome las medias
que nosotros creemos, el que no asuma la responsabilidad que nosotros
consideramos o al que se nos cuele en la fila del Carrefour.
Y ya está, ¡lo consiguieron! nos manipularon, nos llevaron a ese lado de la balanza donde se vive en baja frecuencia y donde nos convertimos en pilas generadoras de energía (-). Esa es la que necesitan los que provocan que 20 se peleen para
que 20.000.000 se cabreen.
Ellos, los de arriba, la precisan como alimento, o como combustible para generar otras cosas peores. Da igual que el conflicto sea por un equipo de fútbol, por la guerra en un país, por cambiar una ley o por lo que sea...
Ellos, los de arriba, la precisan como alimento, o como combustible para generar otras cosas peores. Da igual que el conflicto sea por un equipo de fútbol, por la guerra en un país, por cambiar una ley o por lo que sea...
Yo no sé cual es la solución a la violencia en el fútbol, en la
calle, en la vida, en el mundo, pero sí sé que yo -que todos- ante cualquier situación que nos desestabilice, debemos ponernos en el punto cero (0), en el centro de la balanza, reconocer que eso
que vemos y que nos están metiendo por ojos y oídos 24 horas al día, sólo
pretende enfrentarnos y hacernos reaccionar; identificar si nos estamos yendo hacia un lado de
la balanza, reposicionarnos, volver al centro y desde ahí, desde la quietud,
desde el equilibrio, opinar, si es que aún tenemos ganas (normalente no).
Accionar en vez de reaccionar.
Yo sé que un día el fútbol volverá a ser un deporte que provoque la unión y no el enfrentamiento.
Yo sé que un día el fútbol volverá a ser un deporte que provoque la unión y no el enfrentamiento.
¡¡Feliz Día!!