…que el cerebro no distingue entre lo que ve y lo que imagina.
Si miras un árbol, por ejemplo, se activan unas áreas en
tu cerebro; si cierras los ojos e imaginas un árbol, se activan las mismas
áreas en tu cerebro como si lo estuvieras mirando de verdad.
Entonces, cuando imaginas algo, se crean las mismas
conexiones neuronales que se crearían si estuvieras viviendo ese algo de manera real.
Tenemos un potencial enorme y no lo estamos utilizando.
En lugar de imaginar cosas sólo para fantasear o evadirte
de tu vida, de una realidad que no te satisface, ¿por qué no utilizas tu imaginación
para crear el camino por el que deseas transitar, la vida que deseas vivir? Lo
que piensas te va a provocar unas emociones que van a activar la construcción de la
realidad en la que deseas estar.
Una de las leyes del Kybalión nos dice:
Causa y efecto: Toda causa tiene su efecto; todo efecto
tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la ley; la suerte o azar no es más que
el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos de casualidad,
pero nada escapa a la Ley.
Si los físicos nos dicen que en el Universo todo son
efectos, que todo lo que vemos en el universo son efectos, entonces, ¿dónde está
la causa?
La causa somos nosotros.
Nosotros generamos en nuestro
interior todo lo que vemos en el exterior. ¡Utiliza esa magia!.
Pero si en lo primero que estás pensado imaginar para
crear tu realidad es una un novio guapo, o una novia guapa, un coche deportivo,
o que te toque la lotería para vivir con un marajá, es que aún no estás
preparado para ser un mago.
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