El nombre proviene del latín solstitium (sol sistere o sol quieto). Los solsticios son aquellos momentos del año en los que el Sol alcanza su máxima posición meridional o boreal, es decir, cruza la eclíptica hacia el Norte o hacia el Sur. El Solsticio de verano se produce alrededor del 21 de junio, dando lugar al inicio del verano en el hemisferio norte y al invierno en el hemisferio sur. El Solsticio de invierno se produce alrededor del 21 de diciembre, dando lugar al inicio del invierno en el hemisferio norte y al verano en el hemisferio sur.
Desde tiempos inmemorables son solsticios son celebrados por todas las culturas. Actualmente en el solsticio de Junio, podemos mencionar las famosas hogueras de San Juan. En el solsticio de Diciembre se celebraba el regreso del sol, en especial en las culturas romana y celta: a partir de esta fecha, los días empezaban a alargarse, y esto se asociaba a un triunfo del sol sobre las tinieblas, que se celebraba encendiendo fuegos. Posteriormente, la iglesia católica decidió situar en una fecha cercana, el 25 de diciembre, la Natividad de Jesucristo, dándole el mismo carácter simbólico de renacer de la esperanza y la luz en el mundo y tratando así de solapar al mismo tiempo la festividad pagana previa.
Los solsticios representan el eterno contraste de la luz y la oscuridad, la vida y la muerte, el renacer de la creación, donde nada es destruido, solo transformado; es el ave fénix renaciendo de sus cenizas.
Este año 2008 el solsticio de invierno tendrá lugar el día 21 de Diciembre a las 13.04h oficial. Será el día más corto y la noche más larga del año y marcará un punto de cambio: a partir de ese momento los días serán cada vez más largos y las noches más cortas.
En esa fecha se despliega una energía particular, que hace que el funcionamiento de la naturaleza y de los seres humanos cobre características distintas. Estas características, con la increíble energía del sol como protagonista, pueden aprovecharse al máximo para descubrir y programar internamente actitudes evolutivas que modifiquen positivamente nuestra vida.
Estamos en un momento clave, haced cada uno vuestro pequeño ritual como símbolo de esperanza, para ayudarnos a comprender que tras cada fin, siempre hay un nuevo comienzo.
RITUAL:
Haced una enorme fogata en algún lugar acondicionado, o una pequeña fogatita en casa, en la chimenea o la cocina. Quemad ropas o cosas viejas, papeles, etc. en símbolo de “quemar” todo lo negativo. También pueden escribirse las cosas y situaciones malas, enfermedades, pensamientos negativos, rencores, etc. Todo lo que perturbe nuestra vida, para arrojarlas al fuego con el fin de “quemar” y hacer cenizas lo que consideremos malo. Tampoco puede faltar el agua, poniendo al sereno un recipiente con agua dejándola toda la noche para que sea bendecida, (dicen que por San Juan Bautista). A la mañana siguiente se guarda y se puede utilizar durante todo el año, arrojando un poco de esa agua para limpiar la casa, personas, etc., donde notemos una energía negativa. También podéis aprovechar para dejar al sereno cargándose de energía, vuestras piedras y minerales.
Y después, como en todo buen ritual, debe haber comida y bebida, simbolizando la entrada de la energía positiva.
No olvidéis que tras cada fin, siempre hay un nuevo comienzo
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